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    La seguridad del menor ante el uso de las nuevas tecnologías

    Una de las mayores preocupaciones con la que nos encontramos los peritos informáticos y, en general, todos los profesionales que trabajan con las nuevas tecnologías es el constante incremento de venta de terminales móviles con conexión de internet. Este tipo de dispositivos, que en muchos casos han pasado a sustituir a otros aparatos como las cámaras de fotos, las cámaras de video, las videoconsolas o los reproductores de música por citar algunos, ahora se concentran en un único terminal.

    Estos usos, sumados a una conexión permanente a internet, están teniendo una gran repercusión en nuestros propios hábitos y en nuestra propia conducta además de suponer un riesgo para nuestra intimidad y seguridad personal.

    En el caso de los menores todavía resulta más preocupante, ya que por su edad aún están desarrollando tanto su personalidad como sus valores y madurez intelectual, lo que no les permite, en la gran mayoría de los casos, realizar un uso “razonable” de los dispositivos móviles.

    Hoy en día, el móvil o el tablet se ha convertido en el regalo estrella de las navidades, las comuniones o los cumpleaños y resulta muy significativo ver que las familias no son conscientes de los riesgos que suponen para ellos el hecho de tener un aparato de este tipo.

    Según un estudio reciente realizado por la UNIR (Universidad de internet de La Rioja) entre 25.500 estudiantes del Principado de Asturias con edades comprendidas entre los 10 y los 18 años, el 95% de los menores disponía de un smartphone propio y un 71,3 % afirmaba que la familia jamás le supervisaba el uso de su teléfono. Además, un 33% comentaba que los fines de semana lo usaba durante más de 5 horas al día y un 20,2% afirmaba también hacerlo durante el resto de la semana.

    Y todavía resulta más preocupante si tenemos en cuenta que el 89% de los participantes del estudio tenía entre 10 y 12 años.

    No es de extrañar, teniendo la cantidad de horas que pasan los menores usando estos dispositivos, que algunos de ellos lleguen a sufrir una dependencia psicológica que en los casos más graves necesita ser tratada por profesionales especializados.

    Además, si a los riesgos implícitos de usar tantas horas un dispositivo móvil (exposición a radiaciones, vista cansada, disminución del rendimiento escolar, etc.) le añadimos los problemas más graves como son, a mi entender, los derivados de disponer de una conexión permanente a internet los peligros resultan más que evidentes.

    ¿Pero cuáles son realmente estos riesgos a los que se exponen niños y adolescentes cuando usan un smartphone, un tablet o un ordenador?. Yo los categorizaría en tres grandes grupos:

    • Ciberacoso. En este grupo entraría el ciberbullying, la suplantación de identidad, el sexting y el grooming.
    • Pérdida de privacidad. Tanto voluntaría (por información subida por ellos a la red) como involuntaria (por información recabada de ellos por terceros).
    • Acceso a contenido inapropiado. El acceso a contenidos no adecuados a su edad: contenidos sexuales, violentos, xenófobos, descargas ilegales, etc.

     

    CIBERACOSO

    En este grupo entrarían los diferentes tipos de acoso, pero aplicados al mundo digital y e interconectado. Habitualmente se establecen cuatro tipos de ciberacoso:

    • Ciberbullying. Que es el ciberacoso escolar realizado por alumnos o amigos de la víctima y que generalmente se realiza por Whatsapp u otras redes sociales.
    • La suplantación de identidad o phising. Que consiste en hacerse pasar por otra persona con la intención de burlarse o controlar a la víctima. En muchas ocasiones el autor usa algún tipo de software espía.
    • El sexting. Que es la distribución de contenido de tipo erótico sin el consentimiento de la víctima. En muchos casos dicho material es usado para chantajear a la vícima (sextorsión).
    • El grooming. Que el ciberacoso realizado a un menor por parte de un adulto.

    LA PÉRDIDA DE PRIVACIDAD

    Que se puede producir de dos formas distintas:

    • De forma voluntaria. Por ejemplo, cuando los menores o sus amigos dejan información personal en internet al subir una fotografía, al compartir datos personales como el número de teléfono, el nombre de su colegio, los nombres de sus padres, etc. o comentar sus gustos o experiencias propias en redes sociales, foros de internet, grupos de whatsapp, etc.

    Los menores no suelen tener conciencia de que compartir ese tipo de datos les expone ante los extraños. No olvidemos que una vez que un dato se sube a internet se pierde totalmente el control sobre él.

    Además, tampoco suelen ser conscientes de que la información que suben también forma parte de su “identidad digital”, lo que también puede traerles problemas en un futuro; como, por ejemplo, los comentarios ofensivos volcados en Twitter o similares y las posibles sanciones a las que se exponen.

    • De forma involuntaria. Gracias a la información que se recoge sobre ellos sin su consentimiento. Tal y como pasa con las “Apps” que se instalan en los terminales y que recaban información personal o como hacen las grandes empresas como Facebook o Google, que terminan haciendo un “perfil” completo sobre los gustos, aficiones, sitios en los que han estado, amistades que tiene, compras que han realizado, etc.

     

     LOS CONTENIDOS INAPROPIADOS


    En este último grupo entrarían todos aquellos contenidos para los que, por su edad, el menor todavía no está preparado para procesar correctamente: contenidos sexuales, violentos, xenófobos, acceso a descargas ilegales, etc.

    Además, a esto se le suma que aún no tienen totalmente definidos tanto sus valores como su criterio personal, lo que les convierte en “carne de cañón” para noticias falsas (fake news), estafas o juegos nocivos como el juego de la ballena, el abecedario del diablo, el juego del desodorante o el reto de las 48 horas, entre otros.

    Y encima tampoco son conscientes de los problemas legales a los que se pueden ver expuestos cuando hacen uso de contenidos ilegales como pasa con las descargas o cuando comparten datos sometidos a derechos de autor como la música, las películas, los videojuegos, etc.

    Según los últimos estudios, muchos niños comienzan a ver pornografía a los 11 años por lo que no es de extrañar que su concepto de las relaciones sexuales no sea el mismo que el resto de personas conocemos por nuestra propia experiencia.

    Hace unos días pudimos ver en la prensa un caso el que se indicaba cómo un menor de 9 años había sido violado presuntamente por cuatro compañeros de entre 12 y 14 años de edad.

     

    CONCLUSIONES


    Como habrás podido comprobar tras leer esta información, los riesgos a los que se exponen los menores cuando desde la familia se les regala un móvil o un dispositivo similar son muchos y variados.

    Por ese motivo creo que es fundamental que, desde el entorno familiar, mucho más que incluso desde el ámbito escolar, se les eduque en un uso razonable y adecuado de las nuevas tecnologías, aunque para ello haya que monitorizar, que no controlar, el uso que hacen de las mismas mientras sean menores de edad.

    No se trata de espiarles ni de entrometerse en su intimidad. Se trata de realizar una labor pedagógica y de supervisión desde la sensatez que garantice su derecho a ser protegidos de cualquier forma de violencia y al desarrollo de todo su potencial de aprendizaje en un ambiente seguro, tal y como se recoge el artículo 19 de la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de los niños.

    Si quieres conocer qué medidas, como padres, podéis tomar para realizar este proceso te aconsejo que consultes mis próximos artículos. En uno de ellos haré un monográfico sobre las mismas.

     

    AGRADECIMIENTOS

    El pasado día 12 de abril, gracias al Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, tuve el placer de dar un charla ante los representantes del colectivo de las Asociaciones de Padres. El acto fue presentado por la concejala de Seguridad, Movilidad y Juventud del propio Ayuntamiento y se encontraba enmarcado dentro de las II Jornadas de Juventud y Seguridad.

    En la charla abordamos toda esta problemática pude conocer de primera mano la opinión de los padres. Espero haber puestro mi granito de arena para que las familias vayan tomando más conciencia de los riesgos a los que se exponen los menores cuando hacen uso de las nuevas tecnologías.

    También agradezco la entrevista que me realizó el periódico LAPROVINCIA por la posibilidad que me dieron de expresar mis opiniones acerca de esta problemática.

    Miguel Angel Olivares
    Miguel Angel Olivares
    Perito Informático Forense

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